El estrés, el estilo americano de vida cada vez más rápido, aderezado a la corpulenta invasión de negocios fast food y una mala alimentación es el menú que ensancha los casos de obesidad hasta en un 50 por ciento de la población por encima de los 40 años.
Hamburguesas, pizzas, hot-dogs, papas fritas y demás comida chatarra y el sedentarismo han generado que un 30 por ciento de los habitantes tengan esta enfermedad. Un hombre obeso es así identificado cuando su grasa corporal supera el 30 por ciento del peso ideal que debe tener, según la estructura que tiene y en las mujeres se sitúa en el 35 por ciento más de grasa corporal lo que determina su gordura.
Un 33% de los americanos son obesos (con el Índice de Masa Corporal por encima de 30) y otro 35% padecen sobrepeso (con el Índice de Masa Corporal de 25 a 30). O sea, que el 68% de los americanos pesan más de lo que deben
Las subvenciones del gobierno a las empresas de alimentación hace que la comida industrial sea artificialmente barata. El marketing de las peores comidas es muy buena, mientras que el marketing de frutas y verduras es casi inexistente. Además, la gran mayoría de los americanos trabajan en oficinas y viven en sitios donde es casi obligatorio ir en coche a todos lados. Tienen vidas muy sedentarias y no hacen deporte. La gente trabaja todo el tiempo y no cocina mucho, así que acaban comiendo cosas con muchas ingredientes artificiales.
