La necesidad de llevar botellas de oxígeno al escalar a grandes alturas es por la falta de oxigeno en la misma. Con la altura, la densidad del aire disminuye y por tanto el oxígeno de la misma también. La densidad del aire en la superficie de la tierra es de alrededor de 1 kg/m3 pero a medida que ganamos altura esta densidad disminuye. Los habitantes de lugares altos suelen tener mayor capacidad pulmonar y más hemoglobina (la proteina que transporta el oxígeno) en la sangre que la media. Si cualquier persona procedente de un lugar de menor altitud viaja a estas zonas elevadas, tendrá sensaciones de mareo y de fatiga al realizar actividades físicas. Serà por tanto necesario un periodo de adaptación del cuerpo para que sus niveles de hemoglobina aumente en su sangre para contrarestar estos efectos. También pueden mejorarse con la aportación de mayor concentración de oxígeno con botellas.
