El término correcto es brida mongólica y consiste simplemente en un repliegue de la piel que tapa parcialmente el lagrimal y el párpado (al menos, lo tapa más que en los ojos occidentales). Todos desarrollamos este repliegue cuando estamos en el útero, pero solo los asiáticos lo conservan al nacer
Supuestamente, la brida mongólica fue una ventaja evolutiva en las estepas nevadas, ya que así el ojo permanecía más cerrado, impidiendo que pasara demasiada luz y dañando menos la córnea; y en los desiertos, porque dificultaba también que se introdujera arena en el ojo. Esta distinción facial propia de los orientales también obedece a una necesidad adaptativa para proteger el sistema visual del exceso de luz y los fuertes destellos.
Como curiosidad, últimamente se ha puesto de moda entre las chicas japonesas, chinas y coreanas operarse los ojos para quitarse este repliegue y parecerse más a las europeas.