Un equipo de investigadores de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, y la Universidad de Tecnología de Delft, en Holanda, decidieron determinar exactamente qué conseguía mover o no los brazos al caminar.
De modo que construyeron un modelo mecánico para tener una idea de las dinámicas del movimiento del brazo y además reclutaron a 10 voluntarios a los que se pidió que caminaran con una oscilación normal, con los brazos atados o pegados a los lados y con los brazos oscilando en sincronía con las piernas.
Los investigadores descubrieron que mantener los brazos quietos mientras se camina requiere un 12 por ciento más de energía metabólica que si se mueven.
Mover los brazos también contrarresta el movimiento de giro o «tuerca» que crea el cuerpo al mover las piernas por un camino recto y suaviza el movimiento de andar, reduciendo el gasto de energía de los músculos de las piernas.