1.Hay 16.000 especies de abejas. La mayoría de ellas son insectos
solitarios y sólo un 5% son sociales, siendo la abeja melífera (Apis
mellifera) la más común. En una colmena pueden existir hasta 80.000
obreras, 200 zánganos y una reina. Un estudio ha revelado que un sólo gen
controla la vida social de las abejas.
2. Los zánganos, (abejas macho), sólo viven para aparearse con la reina.
Si la colmena sufre escasez de alimentos, las obreras los expulsan.
3. Después del apareamiento, los zánganos mueren por una ruptura del abdomen. La cópula desprende su aparato genital, que queda dentro de la reina y le sirve como espermatóforo o almacén de espermatozoides. De los huevos no fecundados nacerán los zánganos y de los huevos fecundados, las obreras o las reinas.
4. La reina continúa apareándose hasta que reúne más de 70 millones de espermatozoides de diferentes zánganos (15 o más), que los usará durante toda su vida (unos 5 años). La reina puede poner unos 1.500 huevos diarios y ejerce su control sobre las obreras mediante una feromona llamada sustancia de la reina. Se trata del ácido trans-9-ceto-2-decenoico, que se produce en las glándulas mandibulares y no sólo inhibe el desarrollo de los ovarios de las obreras, sino que hace lo propio con la construcción de celdas más grandes para sus potenciales rivales.
5. La reina fue considerada rey hasta finales de la década de 1660, cuando el naturalista holandés Jan Swammerdam diseccionó una y comprobó que tenía ovarios.
6. Investigadores australianos han descubierto que las abejas pueden distinguir rostros humanos. A los insectos se les mostraron fotografías en blanco y negro y se les recompensó por los aciertos.
7. En el Stealthy Insect Sensor Project, científicos de Los Álamos han entrenado a abejas para que detecten explosivos.
8.. La palabra luna de miel deriva de una antigua costumbre del norte de Europa en la que los recién casados tomaban un vaso diario de aguamiel hecha con miel fermentada durante un mes.
9. Cuando Julio César le preguntó al senador romano Paulus Romelius el secreto de su longevidad al cumplir éste los cien años, le respondió: Interius, mellis; extrinsecum, oleum (por dentro, miel; por fuera, aceite).
10. Durante la I Guerra Mundial, la miel se usó para tratar las heridas de los soldados debido a su capacidad para atraer y absorber la humedad, convirtiéndola en un valioso agente terapéutico.
11. La miel nunca se estropea, salvo cuando su porcentaje de humedad supera el 18%, lo que puede hacer que fermente.
12. Cuando hace frío, las abejas se concentran en el centro de la colmena y se mueven y baten las alas para aumentar la temperatura en varios grados. Cuando hace calor, se sitúan en la entrada y baten las alas para expulsar el aire.
13. Melittosphex burmensis, una abeja atrapada en ámbar que se encontró en una mina de Myanmar, es la abeja más antigua conocida. Vivió hace 100 millones de años, en el Cretáceo inferior.
15. El zumbido de las abejas se produce por el sonido que hacen sus dos pares de alas al batir 11.400 veces por minuto. Las abejas se desplazan a una media de 22 kilómetros por hora.
16.. La primera reina en emerger de su celda mata habitualmente a sus rivales que no han salido todavía y después parte para su vuelo nupcial.
17. En 1943, el zoólogo austríaco Karl von Frisch publicó su estudio sobre la danza que realizan las abejas obreras para informar a sus compañeras. Una danza en círculo indica que la fuente de alimento está cerca y una danza contoneante indica que el alimento está más lejos.
18.. Las abejas no distinguen el color rojo pero pueden ver la luz ultravioleta.
19. La diferencia entre una obrera y una reina es la alimentación: las reinas se alimentan con jalea real durante toda su fase larvaria. Las obreras sólo durante los tres primeros días. La jalea real es una mezcla de azúcares, proteínas, vitaminas, ARN, ADN y ácido trans-10-hidroxidecenoico segregada por las glándulas mandibulares e hipofaringeas de las obreras jóvenes.
20. La abeja japonesa (A. cerana japonica) han desarrollado un sistema de defensa frente a los avispones gigantes consistente lanzarse sobre ellos y aumentar su temperatura hasta los 47ºC, una temperatura letal para los avispones.