El Tabaco es principalmente adictivo por que al quemar desprende, entre otros una molécula, orgánica llamada nicotina. La nicotina es un alcaloide que se extrae de las hojas del tabaco. Es un líquido incoloro y oleoso que excita el sistema nervioso, y que fue aislado por primera vez en laboratorio en 1828.
La nicotina se absorbe fundamentalmente a través de los pulmones ( de un 79 a un 90 % ) y en menor medida a través de la mucosa bucal y plexos sublinguales ( 4 a 40 % ) y de la piel, siendo en este caso la absorción variable y dependiente de varios factores, como son la temperatura y el pH cutáneos, el grado de humedad y de higiene personal, etc. Se absorbe rápidamente de la mucosa nasal, oral y respiratoria llegando al cerebro donde están los receptores al cabo de unos 7 segundos. Es allí donde ejerce su acción sobre el SNC así como en el sistema nervioso autónomo. Esta relación casi inmediata entre la inhalación del humo y su efecto a nivel cerebral es uno de los factores que contribuye al alto poder adictivo de la nicotina.
La vida media de la nicotina es de dos horas, oscilando entre 1 a 4 horas de acuerdo a la variabilidad individual, y la mayor parte se metaboliza en el hígado transformándose en uno de sus metabolitos inactivos -la cotinina- y solamente el 7 % de la nicotina se excreta por vía renal sin transformarse junto con la cotinina. También pasa a la leche materna y atraviesa la barrera placentaria.
La nicotina favorece la liberación de algunos neurotransmisores a nivel cerebral como la dopamina y la norepinefrina que generan sensaciones de placer y alerta. El cerebro posee receptores nicotínicos que al relacionarse con la nicotina reciben un mensaje que guardarán en su estructura química. Así, posteriormente, cuando se entre nuevamente en contacto con la sustancia, se desplegará el mensaje aprendido. De aquí se deriva su poder adictivo.
La adicción a la nicotina se establece a partir del consumo de 10 cigarrillos al día ( CNPT - Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo - España )
Aunque fueron los españoles quienes trajeron la planta del tabaco –Nicotiana tabacum– de Cuba a Europa, el nombre de su principal componente –la nicotina– deriva de un diplomático francés llamado Jean Nicot de Villemain. Este hombre, embajador de Francia en Portugal, contribuyó a su difusión entre la buena sociedad del Viejo Continente al enviar en 1550 una bolsita con semillas de tabaco a Catalina de Medicis a la corte parisina. El éxito hizo que su apellido quedara para siempre unido a la planta.